miércoles, 28 de diciembre de 2016

Cuento: No dejes que te presten nunca Cuentos de Hemingway

Ven, acércate, ahora deben repetirlo.
¿Cómo?
Ya vuelven.
No oigo nada, hay mucha interferencia.
No te desesperes.
Dale un trastazo.
No.
Sí.
Tranquilízate, le voy a poner todo el volumen.
Te dije que lo rompieras.
Pero cómo… es el único que tenemos.
Lánzalo, está fatal.
Cuidado.
Dame un meprobamato.
No hay.
Una dipirona.
No hay.
Aquí no hay nada, apágalo. ¿Qué emisora es esa?
Eso qué importa.
Todo es mentira, cambia de banda.
Escucha, aquí también lo están diciendo.
Ahora sí… tú ves, ahora si es verdad, ahorita era mentira.
Yo me voy a buscar una botella.
Todo está cerrado, son las dos de la madrugada.
Hay que comprar una botella, cueste lo que cueste, pésele a quien le pese.
Allá tú, la calle debe estar que arde.

Ghabriel Pérez

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